En el verano del
año 2011, Xaymara comenzó a mostrar disconformidad al moverle las piernas
cuando se le estiraba y cuando se le colocaba de pie en sus terapias físicas. Hice
una cita con su ortopeda para consultar lo que ocurría. Al llegar rápidamente se
le tomaron las radiografías y luego pasamos a consultar con el médico que se veía
en las mismas. El médico entro sonriente y muy amablemente comenzó a explicarme
que los huesos que se unen a la cadera estaban saliéndose de lugar y esto
estaba causándole a ella molestia. Adicional esto ocasionaría en un futuro que
se le dislocara la cadera y causaría un dolor inmenso.
Cuando el médico
termino de explicarme todo lo que ocurría y lo que podría pasar, le pregunte
que cual era su recomendación y el rápidamente me dijo: “hay que operar”. Yo rápido
comencé a pensar en tantas cosas, que va a pasar, cuando se va a tardar en
recuperar, cuánto tiempo tomara esa operación, saldrá todo bien, y llegue hasta
pensar en lo peor, y si algo sale mal y muere. Mi mente no paraba de pensar,
pero el médico fue tan sincero conmigo y me dio la seguridad de que todo saldría
bien, que no era la primera vez que haría el procedimiento y que tenia muchísimos
años de experiencia, que estuviera tranquila. Sinceramente, nada de eso me dio
paz y tranquilidad, solo cuando decidí orar y pedirle a Dios que me diera paz y
calma y que tomara el control de todo, entonces fue que pude experimentar una
total paz y tranquilidad.
Llego el día de
la operación, Agosto 31, 2011. Llegamos temprano al hospital, nos registramos y
pasamos al área de preparación antes de la cirugía. Vimos diferentes médicos y
enfermeras, y luego se llevaron a Xaymara a la sala de operaciones. Luego de 4
horas esperando, llego la enfermera y nos dejo saber que todo había terminado y
que todo había sido un éxito. Nos permitieron verla rápidamente, ella estaba
aun dormida por la anestesia pero estaba estable y respondiendo. Fue duro verla
con ese yeso enorme que tenía en ambas piernas, pero al final se que la operación
fue la mejor decisión.
Luego de la cirugía,
estuvimos unos 4 días en el hospital, y como ella respondió bien a todo, la
dieron de alta y nos enviaron a casa. La primera semana en casa fue muy difícil
para todos. Yo dormía todas las noches junto a ella para velarla y consolarla,
porque el dolor era inmenso y los medicamentos no ayudaban mucho, solo la dormían,
pero no le quitaban el dolor. Poco a poco, nos fuimos acostumbrando y luego de
un mes, llego el día que por fin le quitarían todo. Llegamos a la clínica, el
doctor la reviso, tomaron una radiografía y todo salió perfectamente como
esperaban, así que quitaron el yeso y volvimos a casa.
Recuperarse de
la cirugía tomo alrededor de 8 meses. Cada cirugía es un paso arriesgado, pero
que al final siempre se verá los resultados. Hasta el día de hoy todo ha
seguido bien, se le han hecho varias radiografías y todo continua como debe
ser, en la posición correcta y sin dislocación alguna. Doy gracias a Dios porque fue un proceso dificil, pero que al final tiene su recompensa.
Esta radiografía muestra las placas y tornillos que Xaymara tiene en ambas piernas, los cuales ayudan a mantener el hueso de la pierna que une con la cadera en la posición correcta.
Esta es Xaymara el día en que se le quito el yeso.
Gracias primero a Dios y luego a doctores, enfermeras todo el personal medico y a mama y papa q han sido tan valientes!!! Bendicelos Dios mio!!!
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